Aunque Vidal Sassoon dejó de cortar el cabello —bromea con que nadie quiere a un estilista de 84 años—, conserva un profundo orgullo en su identidad judía, un rotundo sentido de activismo político y una actitud vigilante respecto del antisemitismo.
La transcripción completa
VIDAL SASSOON: He tenido una vida extraordinaria. Una gran parte la dediqué a la política y a la moda; experiencias que no viven muy a menudo muchas personas.
ALEISA FISHMAN: Vidal Sassoon redefinió la arquitectura del cabello femenino, pero su “vida extraordinaria” va más allá del mundo del peinado. Apodado el “peluquero activista contra el fascismo” por The Telegraph de Gran Bretaña, Sassoon fue el miembro más joven de una organización clandestina de veteranos judíos que luchaban contra el antisemitismo y el fascismo en Londres durante el período de posguerra. En 1948, se incorporó a la Haganah, que pronto se convertiría en las Fuerzas de Defensa Israelíes, y luchó en la guerra árabe-israelí. Y en 1982, colaboró con la fundación del Centro Internacional Vidal Sassoon para el Estudio del Antisemitismo. Aunque Sassoon dejó de cortar el cabello —bromea con que nadie quiere a un peluquero de 84 años—, conserva un profundo orgullo en su identidad judía, un rotundo sentido de activismo político y una actitud vigilante respecto del antisemitismo.
Bienvenido a Voces sobre el antisemitismo, una serie de podcasts del Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos, que es posible gracias al generoso apoyo de la Fundación Oliver y Elizabeth Stanton. Soy Aleisa Fishman. Cada mes, tenemos un invitado que reflexiona sobre las muchas maneras en que el antisemitismo y el odio influencian nuestro mundo en la actualidad. Desde su casa en Los Ángeles, presentamos a Vidal Sassoon.
VIDAL SASSOON: Nací en Shepherd’s Bush, en la zona oeste de Londres, en 1928. Y el período de mi infancia fue muy interesante, porque Gran Bretaña nunca se volvió fascista ni comunista. Pero reinaba el antisemitismo. Por ejemplo, era natural que un niño llamara a otro “judío roñoso”. Y aunque Inglaterra era un buen lugar para estar, en especial con Churchill y la lucha contra los nazis, siempre había una sensación de que los judíos eran ciudadanos de segunda clase.
Incluso ahora, uno piensa en el pasado y reflexiona: “¿Cómo podía una nación que tenía una de las obligaciones más… tenía la obligación cultural más importante con occidente, cómo pudo volverse así y ser tan inhumana?” Creo que no se requiere de mucho. Se requiere de un líder carismático, al que la gente escuche y diga: “Ah, sí, eso es cierto”. Lo escucharán nuevamente y dirán: “Mm, creo que tiene razón en este tema”. Y después lo volverán a escuchar y, sin más ni más, son nazis.
Por supuesto que había alemanes que tenían un sentido de la civilización, porque de eso se trata, de un sentido de la civilización. Pero la mayoría estuvo a favor de Hitler, no al principio, solo obtuvo el 30 % o 33 % de los votos eventualmente. Ahora bien, es evidente que hubo muchas, muchas personas que estuvieron totalmente avergonzadas de su pasado alemán por un largo, largo tiempo, y quizás todavía hoy lo estén. Tienen las leyes más estrictas en contra del antisemitismo, del racismo, y es un país que piensa en el futuro, porque se dan cuenta de que una vez que se instala el nacionalismo es muy difícil detenerlo.
ALEISA FISHMAN: Voces sobre el antisemitismo es una serie de podcasts del Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos. Escúchenos todos los meses para obtener una nueva perspectiva sobre la constante amenaza del antisemitismo en nuestro mundo actual. Agradeceremos sus comentarios sobre esta serie. Visite nuestro sitio web: www.ushmm.org.