Antony Polonsky ha aprendido que no hay respuestas sencillas para las grandes preguntas de la historia, ni una única manera de mirar el pasado. Cualquier visión de la historia debe incorporar muchas verdades, incluso algunas difíciles de aceptar.
La transcripción completa
ANTONY POLONSKY: La cosa más importante acerca del pasado es que no se puede cambiar. Tenemos que aceptarlo. Y el verdadero objetivo es comprender los dilemas a los que se enfrentaron esas personas.
ALEISA FISHMAN: Como profesor en la Universidad de Brandeis, Antony Polonsky ha enseñado historia durante cuarenta años. Durante esa experiencia, ha aprendido que no hay respuestas sencillas para las grandes preguntas de la historia, ni una única manera de mirar el pasado. Cualquier visión de la historia debe incorporar muchas verdades, dice Polonsky, incluso algunas difíciles de aceptar.
Bienvenido a Voces sobre el antisemitismo, una serie gratuita de podcasts del Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos, que ha sido posible gracias al generoso apoyo de la Fundación Oliver y Elizabeth Stanton. Me llamo Aleisa Fishman y seré su nueva presentadora. Cada dos semanas, recibimos a un invitado para reflexionar sobre las muchas maneras en que el antisemitismo y el odio influencian nuestro mundo en la actualidad. Les presento al profesor de Estudios sobre el Holocausto, Antony Polonsky.
ANTONY POLONSKY: En todo el noreste de Europa durante la Segunda Guerra Mundial, existía un conflicto entre los diferentes elementos que conformaban el movimiento de resistencia. La resistencia no era sólo un intento de repeler a los alemanes, sino también una lucha por el control de la sociedad después de la guerra. Por eso existía un conflicto entre los partisanos comunistas y los nacionalistas. La única manera en que los judíos podían salvar sus vidas era perteneciendo a estas formaciones de partisanos. Y, en términos generales, ni los partisanos polacos, ni los lituanos, admitían cantidades importantes de judíos, por eso los judíos sólo podían conformar una pequeña parte de los movimientos de partisanos soviéticos, y eso significaba que se los hacía participar en operaciones en las que se requisaban mercaderías en los pueblos pequeños —a menudo por la fuerza— o en acciones de represalia en contra de los aldeanos que, de alguna manera, habían ayudado a los alemanes.
Y creo que es común en estas situaciones de guerra civil, los partisanos a menudo realizaban acciones bastante brutales, y podemos decir lo mismo de los partisanos judíos. Uno de los temas que tenemos que entender es que todos los países de Europa del Este estuvieron sujetos a dos ocupaciones: la nazi y la soviética. Los polacos, los lituanos, los letones y los ucranianos, ellos se enfrentaban a dos enemigos, o se enfrentaban con la decisión de elegir uno de los dos. Los judíos estaban en una posición diferente. Para ellos, los nazis eran claramente sus enemigos, que querían destruir físicamente a todos los judíos en Europa del Este. Los soviéticos eran aliados potenciales. Así que estamos hablando de una situación muy complicada en la cual dos sistemas totalitarios entran en conflicto, y en el cual un montón de personas inocentes en ambos lados están sufriendo. Y lo que tenemos que hacer es entender la complejidad de estos sucesos y mostrar algo de empatía con todas esas personas —incluso con los judíos— que quedaron atrapadas en este conflicto trágico.
Me parece que el antisemitismo es una de esas ideologías o actitudes que no existen por sí solas, tiene que estar combinada con otra cosa. Y aquí, el deseo de culpar por el comunismo a los judíos es una manera de decir que nosotros no fuimos responsables. Y que nosotros somos todos inocentes de lo que pasó. Es mucho más fácil aceptar la ocupación nazi, particularmente en Polonia. Porque en el caso de la ocupación nazi, los polacos estaban en contra de la ocupación, la mayoría de ellos se resistió a la ocupación nazi. No hubo mucha colaboración, hubo algo, pero no fue significativo. Es más fácil de comprender. En el caso de los comunistas, es mucho más difícil. Pero insisto, creo que aceptar el pasado implica comprender el contexto en el que tuvo lugar.
Lo que intento es sumergirme en ese material para tratar de comprender cómo reaccionaba la gente. Es como tirar un montón de agua sobre el suelo, para que cuando tires más se mueva de una manera diferente. Uno entiende cómo se mueve. Fue un período muy trágico. Gran parte de los que pasó es imposible de redimir. Es una tragedia.
Así que sólo es un intento de comprender. ¿Nos queda alguna lección de todo eso? El problema con la historia es que aprendemos de los errores del pasado para cometer errores diferentes. Tal vez nos pueda volver más sabios. Pero creo que lo que a uno más le impacta es la capacidad del ser humano para resistir, la forma en que la gente no se rindió. Y eso es lo que uno trata de preservar.